Hace nada la noche nos cogió hablando de la vida, mientras mi ginebra y tu cerveza se iban calentando cada vez más y más. Esa noche entendimos que los besos recibidos no se olvidan, que los dados dejan huella y que los abrazos quedan tatuados. Me dijiste que nosotros nos querríamos hasta el infinito yo asentí, sonreímos y seguimos bebiendo nuestras calientes bebidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario